miércoles, 3 de noviembre de 2010

Los hijos de Narciso...Una vista a nuestra manipulada sociedad narcisista.


Durante el paso de las generaciones se ha buscado establecer un cierto parecido de la problemática de cada una de ellas, con un ser mitológico para identificar o nombrar a la generación, en la actualidad todo indica que caemos y seguimos cayendo en el papel de Narciso, endiosado con su propia imagen que se ha perdido de todo, incluso rechazado la moral y los valores, y paradójicamente rechazándose a sí mismo.
Para hacer más clara la idea, estamos cayendo en una supuesta búsqueda del Yo verdadero, la misma sociedad nos impone el “ser nosotros mismos” con todas aquellas disciplinas que han surgido últimamente (el yoga, tai chi, etc.) en la búsqueda sin precedentes del conocimiento y la realización personal, la interiorización absoluta. Podría decirse que tiene de malo ser “uno mismo”, realmente nada, cuando se es sincero, sin embargo este Yo, se ha desfigurado por completo, la búsqueda se ha hecho infinita, porque nunca se encuentra al Yo verdadero, y no porque no exista sino mas bien porque lo que encontramos no es lo que los estándares de la sociedad nos dice que es el Yo real.
El narcisismo de nuestra época, la aparente individualidad, no es más que una trampa doblega voluntades, un distractor, que nos hace creer que estamos interiorizándonos, cuando realmente solo estamos sucumbiendo ante las reglas sociales, buscamos el Yo interno que dice la sociedad es el correcto, y peor aún nos volvemos absolutamente materiales y egoístas.
En nuestra búsqueda del Yo, nos hemos enfrascado en el presente perdiendo el futuro y el sentido histórico, y con ello perdemos los grandes objetivos, valores como el honor y el éxito personal son sustituidos por el deseo de ser admirado y envidiado, el deseo de crecer de el ego.
Y en ese materialismo en que nos enfrasca el deseo de estar bien como individuos, también nos hace perder lo esencial, y entonces el cuerpo, lo físico se personifica, y ya no eres lo que piensas, más bien eres lo que se ve que eres, y ante la falta de voluntad que experimentamos, nos bombardean por todos lados con la imagen de la persona que está bien, y nos preocupamos por proteger y cultivar el cuerpo sin límites, tenemos miedo a la vejez porque queremos vivir en el presente, una juventud infinita, en tanto que pierde la persona el cuerpo gana dignidad e importancia.
En la búsqueda de individualidad el Yo se hace indiferente, con voluntad débil, al que atraviesan y manipulan con creciente facilidad los mensajes del exterior, paradójicamente a que esto ha sido generado por una “interiorización”.
En resumen el narcisismo procede de una híper-inversión de los códigos, y funciona como un tipo de control social sobre almas y cuerpos, escondido tras una máscara de libertad absoluta del individuo.
Este mismo proceso de individualización nos lleva a perder el sentido social, aumenta la violencia y el odio en tanto que crece el “amor propio” y el supuesto “autoconocimiento”.
Me remite a pensar en mi entorno, los “rebeldes” no han hecho más que ser parte de la sociedad y los estereotipos, no es porque sean ellos mismos sino mas bien porque la sociedad ha impuesto que así deben ser los “rebeldes” o los “anormales”, y dichas personas van pro la vida proclamando una anarquía que no es más que control social puro, aquellos que aborrecen el “borreguismo” siendo parte del mismo.
Y ante este egocentrismo que genera el narcisismo actual, también se ven afectadas las relaciones sociales, en especial las relaciones de persona a persona, aumentando la violencia, aumentando la búsqueda de las necesidades del Yo dejando completamente fuera al Otro, en un egoísmo recíproco, exigiendo cada vez más inmediatez y proximidad, abrumando al Otro con el peso de las confidencias personales, ya no respetamos la distancia necesaria para el respeto de la vida privada de los demás, convirtiéndose en relaciones complicadas, de manipulación de sentimientos, relaciones meramente destructivas. Las relaciones humanas, públicas y privadas, se han convertido en relaciones de dominio, juegos de poder basados en la seducción fría y la intimidación.
Y en esta guerra del Yo contra todos los demás, se le suma una guerra interior con un superyó por todas las transformaciones que el Yo del Otro y del Otro traen al mundo, afectando psicológicamente al Yo propio.
Y peor aun hemos caído en un vacío involuntario, que nos hace sufrir, que nos hace desear y no poder alcanzar, no huimos del sentimiento pero lo reprimimos, y eso conflictúa el interior y al ser un Yo interiorizado, nos trae tristeza y dolor.

En conclusión nuestra generación es víctima de una manipulación social a través de una falsa búsqueda de identidad como individuo, la doblegación de la voluntad para dejar entrar a los medios masivos y reforzar el materialismo de una sociedad sin aspiraciones, ni sueños, ni sentido. El narcicismo favorece lejos del “amor propio” la denigración y el desprecio por uno mismo, y nos pone en guerra recíproca con el Otro. El narcisismo nos aleja del mundo real, enfrascándonos en nosotros mismos, perdemos todo lo bello de la existencia, nos quedamos solos e indiferentes en una búsqueda de individualidad que lejos de individualizarnos, nos uniforma.



Recomendación: Nietzche
Escuchando: Omar Rodriguez / La ciencia de los inútiles
Un poco nostalgica u_u

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